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¿ERES MÁS DE DUCHARTE POR LA MAÑANA O POR LA NOCHE?

  • Foto del escritor: Daniela Moreno
    Daniela Moreno
  • 17 oct 2018
  • 2 Min. de lectura

El momento que escoges para tu ducha habla mucho de ti, pero también puede ayudarte a contrarrestar tu personalidad y aportarte tranquilidad o energía. En este artículo te explicamos los beneficios de escoger un momento del día y no otro.

Ducharse por la mañana

Ducharse por la mañana es una solución fácil si lo que necesitas es despertarte porque el contacto con el agua también influye en el ánimo y te ayuda a ponerte en marcha. Es muy recomendable si tienes la tensión arterial baja o tendencia a fatiga mañanera.

Según el libro, The Winner’s Brain, ducharse antes de ir a la oficina puede aportar un montón de ideas frescas y brillantes para afrontar una nueva jornada laboral. Apunta que la relajación que los sentidos experimentan durante la ducha permite al cerebro trabajar libremente y con mucha más creatividad.

Además, te dejará con una sensación de limpieza que te ayudará a empezar el día con más confianza.

Ducharse justo antes de ir a dormir

Por el contrario, si tienes tendencia a estar acelerada encontrarás más beneficios al terminar el día ya que te ayudará a desconectar para irte a dormir más relajada. Una ducha de agua templada te calma y te prepara para irte directamente a dormir.

Además, la relajación que te proporciona la ducha facilita la circulación sanguínea, movimiento muy beneficioso para el organismo. La sensación del agua en movimiento potencia la acción sedante de la ducha. Por eso, si esta ocurre aproximadamente una hora antes de dormir, nos ayuda a conciliar el sueño.

Otros factores que debes de tener en cuenta para que tu ducha tenga cualidades anti estrés:

Que la temperatura del agua no supere los 38º grados. Una ducha demasiado caliente, puede provocar el efecto contrario al deseado, ya que se necesita una bajada de temperatura corporal para conciliar el sueño. Muchos problemas de insomnio parecen estar provocados por una dificultad del organismo para perder calor.

La duración también es importante, una ducha no debe durar más de cincominutos. Bajo el agua nuestro organismo se estimula demasiado lo que puede provocar problemas para conciliar el sueño.

Más allá de los beneficios de los que hemos hablado, siempre es buen momento para una ducha o baño ya que psicológicamente es un momento de desconexión que nos ayuda a romper con el mundo exterior y todo lo que nos rodea. Así que crea ese pequeño espacio íntimo siempre que lo necesites.

 
 
 

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